La jovencita de 15 años cosechaba y despalillaba frutillas en una finca para ayudar a su familia, compuesta por sus padres y 11 hermanos. Pero un compañero abusó sexualmente de ella con la complicidad del patrón, quien lejos de auxiliar a la víctima, se encargó de filmar y fotografiar el ataque. Ambos fueron condenados la semana pasada.
El juicio oral se llevó a cabo en la Sala III de la Cámara Penal, integrada por los vocales Dante Ibañez, Néstor Macoritto y Gustavo Romagnoli. Allí se leyó la acusación formulada por la ex fiscala de Instrucción Teresita Marnero: “el 16 de diciembre de 2010, a las 16 aproximadamente y cuando la víctima salía de trabajar en una finca de frutilla ubicada a la vera de la ruta 321, en Lules, fue interceptada por Antonio Cisnero, su compañero de trabajo. Este la llamó para que se acerque, lo que la menor no hizo, por lo que la agarró por la fuerza, le tapó la boca y le tiró del cabello, mientras la menor gritaba y lloraba. En ese momento llegó su patrón, Pablo Fernando Correia, y entre ambos la llevaron por la fuerza a una acequia”.
Según relató la propia víctima en Cámara Gessel, Cisnero le arrancó la ropa y le dijo que iba a estar con él “por las buenas o por las malas”. También contó que su patrón le pegó una trompada para que se callara y se quedara quieta. Después, Cisnero abusó dos veces de ella, mientras Correia tomaba imágenes del hecho con su teléfono celular. Una vez finalizado el ataque, la amenazaron: le dijeron que si contaba algo, harían lo mismo con sus hermanas mujeres y matarían a sus hermanos varones, además de dejarla sin trabajo.
En su requisitoria de elevación a juicio, Marnero destacó que esa experiencia le causó “un grave daño a la salud mental de la víctima”, quien terminó internada en el hospital de Salud Mental Nuestra Señora del Carmen tras haber intentado quitarse la vida.
En sus alegatos, tanto la fiscala Marta Jerez de Rivadeneira como el abogado querellante, Ariel Ortega, pidieron una pena de 10 años de prisión para los dos imputados. Los defensores Mónica López y Javier Lobo Aragón, por su parte, solicitaron la absolución de Cisnero y Correia.
Finalmente, el tribunal resolvió condenarlos. A Cisnero, el compañero de trabajo de la víctima, le dieron 10 años de prisión por el delito de abuso sexual agravado. Y al patrón, Correia, lo sentenciaron a seis años de cárcel por participación secundaria del mismo delito. Además, a pedido de la Fiscalía de Cámara, los jueces ordenaron la prisión inmediata para ambos.